WASHINGTON, Estados Unidos/SEUL, Corea del Sur.- Seúl, Tokio y Washington acordaron elevar al máximo la presión sobre Corea del Norte, en momentos en que la inteligencia surcoreana sostiene que Pyongyang prepara un nuevo lanzamiento de misiles intercontinentales.
“Hay posibilidad de que el norte pueda llevar a cabo más provocaciones lanzando un ICBM (misíl balístico intercontinental) hacia el Pacífico”, afirmó el diputado oficialista Kim Byung Lee en una reunión parlamentaria, un día después de que Pyongyang realizara con éxito una prueba con una bomba de hidrógeno.
Lee citó un informe del Servicio Nacional de Inteligencia según el cual el lanzamiento se realizaría el 9 o el 10 de septiembre, aniversario de la fundación de Corea del Norte y de la creación del Partido de los Trabajadores.
El domingo, Pyongyang realizó su sexto ensayo nuclear y el segundo supuestamente con un artefacto termonuclear -en este caso, una bomba de hidrógeno- y coronó un período de frenética actividad armamentística del gobierno de Kim Jong-un.
Esta última prueba provocó un amplio repudio internacional y la amenaza del gobierno estadounidense de Donald Trump de una eventual intervención militar.
El Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión de emergencia, la segunda en una semana para tratar del problema con Corea del Norte.
La última prueba nuclear resultó un revés para la estrategia dialoguista surcoreana. El gobierno de Moon Jae-in ahora parece haberse alineado con la Casa Blanca en la política de reforzar la disuasión militar y evalúa desplegar un portaaviones nuclear, bombarderos y otros efectivos estratégicos en la región.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha pedido sacar adelante un nuevo paquete de sanciones. Tokio y Washington apuestan por imponer un embargo total de petróleo sobre Corea del Norte, dijeron fuentes gubernamentales japonesas. (Télam)